Se negaba a entrenar… pero humilló a Jordan, Kobe y toda la NBA

 

En la historia de la NBA han existido jugadores con talento descomunal, capaces de desafiar las reglas no escritas del deporte. Uno de los más recordados es Allen Iverson, la superestrella que revolucionó la liga a finales de los 90 y principios de los 2000.

Iverson se convirtió en leyenda no solo por su estilo único dentro de la cancha, sino también por su actitud irreverente fuera de ella. Famosa es su conferencia de prensa en la que dijo una y otra vez “We talkin’ about practice” (“¿Estamos hablando de práctica?”), cuando los periodistas lo cuestionaban por no entrenar con regularidad.

Lo irónico es que, aunque evitaba entrenamientos, cada vez que saltaba a la duela era capaz de humillar a los mejores:

• Michael Jordan sufrió uno de los crossovers más icónicos de la historia gracias a Iverson.

• Kobe Bryant reconoció que enfrentarse a él era un reto mayor que contra casi cualquier otro.

• Defensas enteras de la NBA no podían detenerlo a pesar de su corta estatura (1,83 m) frente a gigantes de más de 2 metros.

Allen Iverson demostró que el talento natural, la velocidad y la mentalidad competitiva podían desafiar las normas establecidas. Aunque nunca ganó un anillo, su huella en el baloncesto es imborrable: inspiró a una generación de jugadores y cambió la cultura de la NBA para siempre.